miércoles, 25 de junio de 2008

Belleza natural, belleza de altura

Cuando los rigores de la altura acechan al viajero, los espléndidos paisajes de la provincia de Espinar (Cusco) surgen imponentes, relegando y espantando con su hipnótica belleza, los pérfidos síntomas del soroche; entonces, ya no importa si el aire es escaso o si el frío intenso rebasa las barredas de las casascas y chompas, tampoco interesa el palpitar de las sienes que precede al mareo, al intenso dolor de cabeza.

Todo eso se olvida. Y los síntomas del mal altura se transforman en una energía poderosa que te impulsa a caminar, buscar y explorar nuevos rincones, nuevos escenarios aptos para la contemplación y la aventura. Eso ocurre en Espinar. Eso sucede en Tres Cañones.


(Fotos: Nancy Chauca)

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